Los taromenani no existen

Posted on agosto 23, 2013

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Hotel Marriot, ayer durante una rueda de prensa:

Marcela Aguiñaga: El Ministro de Justicia tendrá que pronunciarse en torno a la evidencia científica de si hay o no estos pueblos en dicha zona

Periodista: Pero Ministra, son pueblos nómadas, eso el Ministerio mismo lo aclaró

MA: Bueno, si los nómadas llegan al Coca, entonces sacamos a los colonos del Coca.

Varios minutos después, el diálogo con los periodistas continuó:

P: Hace 140 días hubo una matanza…

MA: Bueno, si a usted le consta, a mí no me consta. Yo no tengo evidencia de eso.

No cabe en mi cabeza que la ex ministra de Ambiente Marcela Aguiñaga ignore hechos que son públicos, aceptados incluso por el mismo Rafael Correa, que ordenó una comisión para investigar la matanza ocurrida a fines de Marzo pasado en el bloque 16, dentro del parque Nacional Yasuní.

Tal nivel de abstracción e ignorancia en una autoridad de ese rango, no son creíbles. Otra explicación es que el discurso oficial se esté alineando contra lo único que puede detener la explotación del ITT: la presencia taromenani en el Yasuní. ¿Por qué lo único? Si se trata sólo de flora y fauna, el tema del impacto generado es debatible. Será una batalla cómoda para el poder porque el papel aguanta todo. Hoy, Rafael Correa nos dice que el impacto en todo el parque será del 1 por mil y hay que aceptarlo sin cuestionar. No es menos cierto que existen tecnologías para reducir dramáticamente el impacto de la explotación petrolera. Sin embargo, eso no elimina los riesgos de potenciales catástrofes ambientales porque la tecnología y las personas, pueden fallar. Lo que no existe, es una tecnología que pueda detener conflictos sociales como el genocidio en curso en el Yasuní.

El mejor ejemplo es lo que ocurre ahora en los bloques 17, 14 (administrados antes por la Canadiense ENCANA, hoy a cargo de ANDES) y 16 (Repsol), que operan bajo altísimos estándares ambientales y con tecnología moderna.

Gráfica de los bloques petroleros en el Parque Nacional Yasuní

Gráfica de los bloques petroleros en el Parque Nacional Yasuní

A pesar de altos estándares ambientales y tecnología, no han podido evitarse matanzas en ese territorio. La última, ocurrió en el bloque 16, a finales de Marzo pasado. Ahí, un grupo taromenani llegó hasta la vía Maxus (vía petrolera) y asesinó a Ompure y Buganey, una pareja de ancianos huaorani. El por qué se dio ese asesinato es una historia que corresponde a otro análisis. Por ahora, cabe destacar que sin vía petrolera y sin las circunstancias que el petróleo genera en la zona, lo más probable es que ese asesinato nunca hubiera ocurrido.

Buganey fue asesinada por un grupo taromenani en la via Maxus, a inicios de Marzo pasado

Buganey, esposa de Ompure, fue asesinada por un grupo taromenani en la via Maxus, a inicios de Marzo pasado. Imagen tomada por miembros de la comunidad de Yarentaro

Un mes después de la muerte de Ompure y Buganey, luego de cuatro intentos frustrados, un grupo huaorani emprendió la expedición que cobró venganza por la muerte de los ancianos. En muchos casos, nunca se han logrado recopilar evidencias de expediciones como estas, pero esta vez el grupo huaorani secuestró a dos niñas taromenani (una de aproximadamente 2 años y otra de aproximadamente 6 años). Las niñas fueron vacunadas por una brigada del Ministerio de Salud. El Plan de Medidas Cautelares, a cargo del Ministerio de Justicia, comprobó su existencia. A mis manos, llegó esta fotografía, probablemente tomada por uno de los pocos funcionarios que vieron a las niñas. En la imagen, la niña taromenani toma la mano de Armando Boya, relacionador comunitario de Repsol. Hasta hoy, las niñas siguen bajo el poder del grupo que las secuestró.

Una de las dos niñas taromenani secuestradas por un grupo huaorani en Marzo pasado.

Una de las dos niñas taromenani secuestradas por un grupo huaorani en Marzo pasado.

Los altos estándares ambientales y tecnología de punta empleados por Repsol en el bloque 16, no fueron garantía para evitar la muerte de Ompure y Buganey ni la posterior matanza a miembros del clan taromenani y secuestro de dos de sus niñas.

¿Queda claro que este tema es mucho más complejo que emplear altos estándares ambientales y tecnología de punta?

Por si no la tenía, estas fotos (además de los mismos testimonios de quienes emprendieron la expedición de venganza) son la evidencia que la señora Aguiñaga necesitaba para comprobar que una matanza ocurrió. Esta información (y mucha más que no conocemos), la tienen funcionarios de Fiscalía, Ambiente y Justicia. Para un asambleísta no será problema tener acceso a buena parte de ella. Lo que no se ha determinado aún (¿o sí?) es cuántas personas murieron y el lugar exacto del incidente. Pero la matanza no puede estar bajo cuestión. El secuestro de dos niñas del clan taromenani a manos de un grupo huaorani solo pudo darse bajo circunstancias de extrema violencia, empleando armas de fuego, ya que hace décadas los huaorani dejaron de enfrentar a los taromenani con lanzas. Aquello constituye un acto de guerra entre clanes, por lo que no debería descartarse una venganza taromenani en los siguientes meses o años.

¿Qué relación tiene esa matanza con la decisión de explotar el ITT? Que la declaración de Aguiñaga no es aislada. El discurso del poder ahora emprende el camino de negar la presencia taromenani en el Yasuní o reducirla. Un ejemplo más grave es que el Ministro de Justicia negó categóricamente que exista presencia de pueblos no contactados en el bloque ITT. Su Ministerio está a cargo del Plan de Medidas Cautelares (PMC) quien seguramente ya tiene listo un informe para Correa. La afirmación del Ministro, solo puede calificarse de ligera. El Plan de Medidas Cautelares bajo su cargo no ha hecho más que ver reducidas sus capacidades, competencias y accionar desde que fue creado, hace cinco años. Luego de la muerte de Ompure y Buganey, el PMC fue absolutamente incapaz de evitar la expedición de venganza huaorani, a pesar de que esta se realizó casi un mes después del asesinato de los ancianos y de que varios miembros de la comunidad y organizaciones como la Fundación Labaka advirtieron a las autoridades.

La única función del PMC es proteger la vida de los aislados y no supo hacerlo. Con el tiempo, se ha convertido en un organismo prácticamente simbólico y por lo tanto resulta poco creíble que haya desarrollado un estudio que descarte presencia taromenani en el ITT, cuando este tipo de afirmaciones debería ser respaldada por una investigación producto de años de monitoreo y recopilación de datos en la zona. Una zona que, de paso, ha sido muy poco explorada y visitada. Si el estudio existe, ¿estaría el Ministerio de Justicia dispuesto a hacerlo público para que expertos locales y mundiales puedan dar una opinión sobre su validez en cuanto a metodología y muestras?

Sospecho que eso es algo que no harán. Ojalá me equivoque, pero esto se parece más a que un funcionario o grupo de funcionarios han decidido arbitrariamente que el ITT no es territorio de pueblo ocultos y punto.

¿Es el ITT territorio taromenani?:

Parque Nacional Yasuní, bloques petroleros y presencia Taromenani elaborado por el Universo en base a información del MAE

Parque Nacional Yasuní, bloques petroleros y presencia Taromenani elaborado por el Universo en base a información del MAE

Con certeza, nadie lo sabe. El ITT, en su mayor parte, es una zona de pantanos que se inundan varias veces al año. Son reducidos los espacios donde un grupo indígena podría establecer una vivienda.  Sin embargo, no hay que confundir vivienda con territorio. Justamente por sus características pantanosas, en el ITT existen enormes bosques de Moretes o Moretales, que crecen únicamente en los pantanos. Los moretes tienen un fruto rojo parecido a la chonta.

Morete

Morete

Este fruto, es sumamente atractivo para los animales, que acuden masivamente a estas zonas para alimentarse antes de los períodos de reproducción. Es justamente esa circunstancia la que hace de esta zona tan atractiva para la caza y la recolección, en determinados meses del año. Desde hace muchos años, documentos en libros sobre el tema e incluso mapas elaborados por el Ministerio del Ambiente, consideran a la zona del ITT, una de recolección y cacería taromenani.

En un mapa de incidentes y avistamientos históricos de la Fundación Labaka, se registró un puente taromenani sobre el río Nashiño, en los límites de lo que hoy es el Bloque 31, muy cerca del campo ITT (ver el mapa en PDF). Este puente sería una evidencia de que aquella es una zona de recolección y cacería, ya que no se han registrado avistamientos de casas o personas en la zona. Sin embargo, tampoco hay que ser ilusos. No registrar avistamientos o casas no significa necesariamente que no existan. Al hablar del Bloque 31 y el ITT, hablamos de las zonas menos exploradas del Yasuní, donde apenas existe presencia de comunidades indígenas o colonos y por lo tanto donde se reducen dramáticamente las posibilidades de avistamientos, encuentros o conflictos con los pueblos ocultos.  Mapas de incidentes históricos demuestran que mientras más comunidades huaorani y más presencia de colonos existe dentro o en las inmediaciones del Yasuní, más evidencias de presencia taromenani se han registrado. Y esto es lógico: mientras más gente, mayores las posibilidades de contacto, encuentros y conflictos.

Mapa de ataques relacionados a los taromenani desde 2000. Puede mostrarse mayor concentración en zonas más pobladas.  Fuente: "La nación waorani" de Miguel Angel Cabodevilla

Mapa de ataques relacionados a los taromenani desde 2000. Puede mostrarse mayor concentración en zonas más pobladas. Fuente: «La nación waorani» de Miguel Angel Cabodevilla

Debe considerarse también que las fronteras naturales de los taromenani y los pueblos huaorani han sido siempre el río Napo al Norte y el Curaray, al Sur. Su territorio histórico ha sido el parque Nacional Yasuní e incluso áreas fuera del parque, ya que se ha registrado su presencia en Perú o en bloques como Armadillo. Las fronteras como la zona intangible y las limitaciones de los bloques petroleros son líneas imaginarias trazadas en un escritorio por unos funcionarios. Para un clan semi nómada, esas fronteras no existen e históricamente solo han sido detenidos por los grandes ríos, que constituyen sus límites naturales.

Mapa de comunidades huaorani, parientes del clan taromenani. Se resaltan los dos grandes ríos como sus fronteras históricas naturales

Mapa de comunidades huaorani, parientes del clan taromenani. Se resaltan los dos grandes ríos Napo y Curaray como sus fronteras históricas naturales

Cuando hablamos entonces de los pueblo ocultos, hablamos de un pequeño grupo de personas que habita un gran territorio. Su estilo de vida no es sedentario. Se trasladan a través de enormes espacios en busca de vivienda y alimento. Así han vivido durante miles de años, habitando territorios para luego abandonarlos, según sus circunstancias y necesidades. Somos nosotros los que hemos trazado, sin su conocimiento, sus límites y fronteras y hoy resulta que hasta podemos afirmar que un cuadrado de líneas rectas en un mapa llamado ITT no es su territorio. Es sencillamente irresponsable hacerlo.

Nada nuevo

No es nuevo que se niegue la existencia de los pueblos ocultos. Históricamente es lo que siempre ha ocurrido. En 1987, Alejandro Labaka murió en manos de un clan tagaeri en un fracasado intento de contacto al ver que su presencia en el Yasuní era negada por compañías petroleras y autoridades de Estado. Labaka pensó que la única manera de salvar ese clan era a través de un contacto pacífico. Se internó en la selva junto a la hermana Inés Arango. Ambos, desnudos y con conocimiento del idioma y costumbres huaorani. Los tagaeri los mataron bajo circunstancias poco claras aún.

Inés Arango, asesinada junto a Alejandro Labaka en manos de una familia tagaeri en 1987

Inés Arango, asesinada junto a Alejandro Labaka en manos de una familia tagaeri en 1987

Probablemente Labaka tenía razón al intentar un contacto desesperado, ya que son muchos años desde que se registró la última evidencia del clan tagaeri, hoy presuntamente extinto. Respecto a los taromenani, se ha negado su presencia en el Campo Armadillo y en los bloques 14 y 16 donde las muertes de colonos, madereros o matanzas a taromenani han obligado a compañías o autoridades de Estado a tomar acciones (casi siempre tibias) y a aceptar la realidad con presión internacional, como fue el caso de las medidas cautelares adoptadas por Ecuador hace cinco años solo después de la intervención de la CIDH.

Libros de Miguel Angel Cabodevilla y Milagros Aguirre, documentan detalladamente cómo autoridades de Estado históricamente se han hecho de la vista gorda ante presencia taromenani.

Libros de Miguel Angel Cabodevilla y Milagros Aguirre, documentan detalladamente cómo autoridades de Estado históricamente se han hecho de la vista gorda ante presencia taromenani.

Hoy, autoridades de Estado empiezan a cambiar el discurso. Niegan o minimizan la presencia taromenani y matanzas como la de Marzo pasado, como acaba de hacerlo Marcela Aguiñaga. A pesar de que no existe un estudio serio (si me equivoco, muéstrenlo) que demuestre que el ITT no es territorio de pueblos ocultos, el Ministro de Justicia hace una afirmación categórica, secundada esta mañana por el ex presidente de Petroamazonas y ex Ministro de recursos no renovables, Wilson Pastor.

De pronto, el discurso que han mantenido durante cinco años, empieza a desmoronarse por uno demagógico y ofensivo: si no se explota el ITT habrá miseria en Ecuador. Quienes no estamos de acuerdo con su explotación, debemos volver a la escuela, mentimos, exageramos, somos ignorantes y antipatria. No me resultaría extraño que si se rompe un vidrio en alguna protesta a favor del Yasuní, los manifestantes sean acusados de terrorismo.

Hoy nos dicen que los taromenani no existen en el ITT a pesar de que la iniciativa del gobierno para dejar el crudo bajo tierra los menciona expresamente:

«¿Por qué nace la Iniciativa?

La Iniciativa Yasuní-ITT parte del compromiso del Ecuador para mantener indefinidamente inexplotadas las reservas petroleras del campo ITT, en el Parque Nacional Yasuní, el lugar más biodiverso del planeta. 
Esta Iniciativa nace por la necesidad de conservar la biodiversidad y respetar un espacio mínimo de vida para los pueblos en aislamiento voluntario.«

Caricatura del genial Bonil

Caricatura del genial Bonil

Si la explotación del ITT no genera presión a clanes taromenani, ¿por qué se los mencionó en la iniciativa? Mintieron antes o mienten ahora. ¿Vamos a confiar este tipo de decisión en quienes mienten?

Hoy, niegan presencia taromenani a pesar de que varios informes del Ministerio del Ambiente redactados en años anteriores contienen mapas que muestran al ITT como territorio de pueblos ocultos. Un ejemplo es este mapa adjunto en un informe del PMC en 2009.

Informes del PMC en 2009 muestran mapas que señalan la zona del ITT como territorio de pueblos ocultos

Informes del PMC en 2009 muestran mapas que señalan la zona del ITT como territorio de pueblos ocultos

El nuevo mapa de la presencia grupos no contactados en la zona, los desaparece de los tres campos petroleros que desea explotar el gobierno: Armadillo, Bloque 31 e ITT. 

nuevo mapa

Dos semanas atrás, preservar la vida de los taromenani era la razón de ser de la iniciativa de gobierno para dejar el crudo del ITT bajo tierra.

Hoy, una a una, las autoridades empiezan a negar su existencia.

 

Imagen de portada:

Ompure, asesinado por lanzas taromenani. Foto publicada por diario La Hora.